domingo, 18 de diciembre de 2011

Seminario Militante: Anarquismo en Colombia / Decimosexta sesión viernes 9 de diciembre / Sexto Bloque: Miradas libertarias sobre problemas colombianos / Cultura, contracultura y alternativas culturales / Por: Colectivo Libertario Trash Iria

Alternativas Culturales dentro del anarquismo en Colombia, antecedentes generales

Dentro del pensamiento libertario en Colombia, las alternativas culturales han estado ligadas a luchas sociales y populares en las cuales el anarquismo ha tenido fuerte presencia. Para no extendernos mucho, mencionamos por encima algunos apuntes sobre la relación anarquismo-cultura en Colombia (temas que ya han sido tratados en otras sesiones del presente seminario), tales como la importante influencia de grupos educativos ligados con las  luchas anarcosindicalistas en los años 20´s, en las casas del pueblo, donde se difundió artes “liberales” y alternativas culturales proletarias; también es importante destacar la conformación de pequeños grupos de puesta en escena dentro de la corriente libertaria de los años 1925-29. 

El anarquismo -el anarcosindicalismo- fueron reprimidos abruptamente para inicios de los años 30, y a su vez, la cultura alternativa tomaría dos caminos: optar por sumarse (al igual que varios compañeros libertarios) a la creciente ola del Partido Socialista Revolucionario –PSR-, o quedar en el olvido. Las alternativas culturales, al igual que el anarquismo mismo, son redescubiertas en la lucha de finales de la década de los 60’s y principios de los 70’s, la influencia del movimiento hippie, el mayo del 68 y la revolución cultural propiciada por la generación beat llegarían a Colombia. Si bien no hay un registro “oficial”, creemos que el anarquismo en sí, también se redescubre en Colombia desde esta nueva onda contracultural. Aun hoy en día, la contracultura como alternativa cultural sigue siendo muy importante dentro del movimiento social y popular, a su vez, dentro del pensamiento libertario en Colombia. También existen actualmente grupos libertarios de teatro, títeres, artes gráficas, escénicas, etc. aunque algunas veces estos grupos se reivindican a sí mismo como parte de la contracultura y otras veces no.

Contracultura Libertaria en Colombia, antecedentes históricos

La contracultura en Colombia, como bien hemos explicado, tiene sus antecedentes para las décadas de los 60’s y 70’s. En esta época, varios/as compañeros/as pertenecientes a este movimiento nuevo, se involucran en procesos revolucionarios marxistas, o en su defecto no se terminan organizando; pero es de recalcar, que un pensamiento anarquista contracultural organizado no tiene un registro. 

Es para finales de los años 80’s, cuando una importante influencia libertaria hace cabida dentro de la escena contracultural, especialmente en la escena punk de ciudades como Medellín y Cali. La película Rodrigo D, No Futuro influiría en la juventud contracultural y marcaría el inicio de una nueva generación dentro del punk, que si bien a veces no era estrictamente anarquista, si aporto a posteriores generaciones del movimiento libertario en Colombia. Bandas como IRA, Nadie, Mutantex, Fértil Miseria, Descomulgados, GP y Pestes se encuentran dentro de la generación 80-90’s. Generalmente, y con sus excepciones, esta escena no trasciende en organización y mucho menos en militancia libertaria. Es de recalcar también, que para los años 80’s y 90’s, las diferencias (que muchas veces no pasaban más allá de lo personal) entre varias escenas, especialmente la metalera y la punk, crearía distancias y debilitaría la contracultura en Colombia, mostrándose al público en general como una alternativa cultural poco valida (compañeros/as que terminan asesinando a miembros de otras movidas, suicidios, relación con grupos delincuentes, etc.)

Para mediados y finales del años 90’s, también aparece una escena Hardcore, proveniente principalmente de Estados Unidos. Esta escena, si bien no era completamente anarquista, llegaría con fuerte presencia ácrata a Colombia. Producto del crecimiento de esta nueva escena, y de una cultura punk mucho más libertaria, a principios del presente siglo se crea la Coordinadora Libertaria Banderas Negras, en la cual militarían varios/as compañeros/as hardcore, punk’s, hippies, etc. Para esta nueva generación contracultural libertaria, se organizarían eventos como el I Congreso Anarcopunk en el año 2002.

Tras la disolución de la CLBN, varios compañeros/as, especialmente dentro de la escena Hardcore y junto a otras organizaciones se conformarían diferentes formaciones. También varias organizaciones y personas ligadas con la cultura metalera se han organizado desde unos años para acá, especialmente desde el PDA y la lucha antifascista, pero el único precedente de organización libertaria en Colombia relacionada con el Metal es Thrash Iria (si bien, no se agrupa en torno a exclusivamente este género musical), reconociendo también el metal como actor contracultural actual. Hoy en día también continúan en la escena contracultural personas, agrupaciones y colectivos libertarios/anarquistas. En la actualidad, y desde finales de la década pasada, varios/as compañeros/as se reivindican la contracultura no solo desde lo estético y lo musical, sino también desde las artes graficas (Graffiti, caricatura social, etc.), escénicas, géneros como el Hip-Hop (donde la expresión libertaria ha crecido con fuerza), etc.

Aciertos de la Contracultura en Colombia

Reconocemos que la contracultura en Colombia ha tenido sus aciertos y sus errores. Esta ha aportado también mucho al pensamiento, la construcción y la organización dentro del movimiento libertario en nuestro país. Esta, ha “iniciado” –por decirlo en alguna manera- a varios/as compañeros en el anarquismo, aun hoy en día lo sigue haciendo, ha sido para muchas/os de nosotras/as una “puerta de entrada” hacia el movimiento libertario. También, por medio de la contracultura ha llegado a nuestro país agregados a la lucha libertaria, especialmente desde bandas extrajeras que influyen en la escena contracultural colombiana. En este orden de ideas, el animalismo, el pensamiento Straight Edge, el ecologismo, el DIY, el altermundismo, etc. han llegado a estas tierras por medio de la contracultura (aunque no exclusivamente en todos los casos).

Creemos importante el aporte de la contracultura en la juventud, esta como sector social, es golpeada constantemente por la políticas neoliberales del gobierno, y es aquí, donde las alternativas culturales se han insertado, y han propagado el pensamiento político ácrata. De esta misma manera, se puede asegurar que la contracultura (libertaria o no) en Colombia ha politizado gran parte de la juventud. Esto a su vez, ayuda a visibilizar la cultura urbana, los estilos de vida contraculturales, las luchas sociales y el pensamiento libertario a un nivel en la sociedad que consideramos necesario.

Desaciertos y errores de la Contracultura en Colombia

Si bien es necesario rescatar todos los aportes de la contracultura al anarquismo en específico y a las luchas populares en general, también reconocemos que existen unos desaciertos, muchas veces ligados al pasado pero que ha sido difícil rectificar, y otras veces, errores que se siguen cometiendo, y que, creemos, no aportan a la lucha libertaria.  Si bien, en un principio la contracultura no era necesariamente libertaria, si se adjudicó una estética ligada a lo anarquista (símbolos ácratas, discurso antiparlamentario, etc.) sin alguna razón más allá de poseer una “estética”. Esto, por su naturaleza contradictoria, creo distancia entre “generaciones” de compañeras/as. En este “rompimiento” de generaciones, donde la contracultura aun no poseía rasgos de organización, tendió a ser lo que comúnmente se conoce como “podrida” (compañeros/as que resultan en el crimen organizado, en homicidios, suicidios, muertes por sobredosis, etc.), si bien reconocemos que esa imagen se puede y se está cambiando, es algo que hace que el pueblo en general tienda a rechazar la contracultura, y relacione su parte negativa con el anarquismo. 

Como filosofía, las primeras generaciones de la contracultura en Colombia, en términos generales –más no absolutos- toman como estilo de vida el pensamiento punk comercial europeo, identificándose con el “No future” (Sin Futuro) y optando como estilo de vida la autodestrucción, el frenetismo y la decadencia. Estas actitudes, hacen que ayer y hoy, el anarquismo en Colombia –al igual que en muchas partes del mundo- se identifique entre el pueblo en general con la cara autodestructiva de la contracultura, añadiéndole también el ataque mediático de la desinformación, la manipulación y los medios de comunicación masivos que explotan esta imagen y la convierten como la “visión oficial” de la contracultura. Otro error, que se cometió en las primeras generaciones contraculturales y que hoy en día sigue, es el hecho de que la contracultura no se traduce directamente en organización, si no que tiende a convertirse en la labor –importante, pero no suficiente- de difusión y propaganda. Es también necesario anotar que varias veces la contracultura termina comercializándose.

Propuesta de Thrash Iria frente a la contracultura 

Reconociendo los aciertos y errores de la contracultura en Colombia, la posición que nosotros/as manejamos es de fortalecer la parte positiva, corregir la negativa y posicionar a la contracultura dentro del anarquismo como un actor importante. Entendemos que la contracultura, que para aportar, de manera efectiva política y socialmente hablando, a la lucha libertaria debe ser una contracultura organizada, militante y conectada con el pueblo y sus luchas. También sostenemos que una contracultura que fomente una lucha anticapitalista, debe poner en práctica el anticapitalismo, entendiendo: la autogestión como método alternativo de administración y difusión, el fomento de estilos de vida concordantes con el pensamiento político, etc.

La contracultura en Colombia, a diferencia de otros lugares del mundo, ha estado marcada por divisiones internas entre escenas, esto termina traduciéndose en sectarismo, frente a esto, creemos que la contracultura debe ser anti-sectaria, amplia y que niegue a la estética como factor “indicativo” del/la sujeto/a contracultural. También optamos por negar la autodestrucción como filosofía cultural, y rescatamos su cara opuesta –la construcción de la organización y la destrucción de la opresión-, y rescatamos la resistencia sin drogas, el Straight Edge, etc. como medios revolucionarios, si bien no creemos que sea necesaria la abstención total.

Finalmente, sostenemos que una contracultura desconectada con el pueblo y sus luchas, no aporta nada, en este orden de ideas, la contracultura debe conectarse con la lucha de clases, la emancipación del proletariado, el feminismo revolucionario, la construcción de alternativas horizontales de orden social, etc. Por esto, creemos conveniente negar la contracultura como un mundo aparte de la sociedad, por el contrario, la contracultura de mano con la cultura popular –y revolucionario- debe estar dirigida al pueblo en general, y no a grupos específicos (punk’s, metaleros, etc.). Una cultura para la revolución, y una revolución para la cultura.

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