“El sufragio universal, mientras sea ejercido en una sociedad en la que el pueblo (…) esté económicamente dominado por una minoría detentadora de la propiedad y del capital, por independiente o libre que sea (…) o que lo parezca desde el punto de vista político, no podrá nunca producir más que elecciones ilusorias, antidemocráticas y absolutamente opuestas a las necesidades, a los instintos y a la voluntad real de las poblaciones.”
-Mijail Bakunin. El imperio Knutogermánico y la Revolución Social-
En Colombia, la clase trabajadora y el pueblo en general, se preparan para iniciar un nuevo ciclo de movilizaciones y protestas sociales, que tendrán su apogeo durante los meses de septiembre y octubre, con la Huelga Estudiantil Nacional, el Congreso Nacional de Tierras, Territorios y Soberanías y el proyecto de un posible Paro Cívico Nacional. De manera simultánea y contraria a la movilización obrera y popular, se desarrolla también una coyuntura electoral, con miras a las elecciones del próximo 30 de octubre para cargos en gobernaciones, asambleas y consejos departamentales, alcaldías y juntas administradoras locales.
Conscientes de que la actual coyuntura de agitación politiquera y parlamentaria puede desmovilizar y confundir a las fuerzas del campo popular en su camino de lucha organizada, el Grupo Libertario Vía Libre de Bogotá, retomando el espíritu de la frase de Bakunin que citamos al inicio, cree necesario plantear su posición frente a la situación, a través de las siguientes consideraciones y declaraciones:
Considerando
-Que el Capitalismo como modo de producción social, y el Estado como forma política de dominación, son dos estructuras históricas que junto al patriarcado, la heterosexualidad obligatoria, el racismo, el colonialismo, oprimen y sojuzgan a las trabajadoras y los pueblos del mundo, en la actualidad. Entre el Capital y el Estado existe una poderosa compenetración, mediada por el poder de una clase social explotadora, la Burguesía, con un poder social común, el Poder Burgués.
-Que el Estado contemporáneo es a la vez una máquina burocrática de opresión y una relación social jerárquica, que despoja constantemente a las comunidades humanas de su soberanía y reduce a las personas y su naturaleza social al individualismo, el aislamiento y el miedo mutuos. Con sus aparatos culturales, económicos, políticos, administrativos y militares, el Estado contemporáneo reproduce su dominación y somete a los pueblos a la pasividad. El Estado de hoy, es además Capitalista, y se encuentra hegemonizado por el Poder de la Burguesía, cumpliendo un papel de primer orden en la legitimación, organización y protección de la explotación, la miseria y la injusticia, inherentes al sistema. El Estado no es, no ha sido y no puede ser neutro en la lucha de clases y las luchas sociales de otros sectores oprimidos, todo lo contrario, es un sujeto activo y dinámico que con zanahoria y garrote, consenso y represión, integra desmovilizando y aplasta con la fuerza a las resistencias.
-Que los Estados de los países donde el Neoliberalismo manda, se convierten en los agentes más activos en el desmonte de los derechos sociales, la privatización de lo público, la mercantilización de la vida, la implantación de planes de ajuste estructural, la protección del capital financiero, y el aumento y la extensión de la precariedad, la miseria y la desigualdad en la sociedad. Que los Estados de los países periféricos donde el Imperialismo manda, son también protagonistas enérgicos de su propia subordinación, buscando la ocupación militar de los territorios, la sumisión de la gestión pública a los intereses imperiales y la consolidación del modelo de intercambio desigual.
-Que el Estado Colombiano es capitalista, neoliberal y está subordinado al imperialismo. Además ha convertido la guerra contrainsurgente en una política permanente, ha implementado masiva y continuamente el terrorismo de Estado contra las trabajadoras y el pueblo y ha promovido una combinación de barbarie paramilitar y represión “legal” contra las luchas de las oprimidas. Así mismo y desde hace tres décadas se incuba, en su mismo corazón, un proyecto fascista, auspiciado por la Burguesía colombiana en asocio con terratenientes tradicionales, altos mandos de las fuerzas armadas y políticos profesionales, que se manifiesta crudamente en la implantación de la política de criminalización de la oposición. También se muestra estructuralmente comprometido tanto con el pago de la deuda externa como con la corrupción y el saqueo con el que se beneficia la burguesía parlamentaria. Que el proyecto de “Estado Comunitario” construido por Álvaro Uribe Vélez en sus pasados 8 años de gobierno y el proyecto de “Consolidación y prosperidad democrática” de la actual administración de Juan Manuel Santos, son verdaderos modelos de desarrollo, que concentran todos los anteriores elementos, para potenciarlos y profundizarlos.
-Que las elecciones en el Estado Colombiano, nacionales y locales, presidenciales y parlamentarias, son especialmente oligárquicas por sus componentes tradicionales, corruptas por sus prácticas usuales y pro-burguesas por su financiación y orientación programática. Las mismas se convierten en un mecanismo periódico de legitimación de las políticas anteriormente descritas y de blanqueamiento de instituciones paramilitarizadas como el congreso y la presidencia, funcionales para canalizar y desviar la atención y las energías de la gente, pacificándolas y dominándolas con la aceptación de unas “reglas de juego” que garantizan la continuidad de la opresión y la explotación.
-Que la actual coyuntura electoral en el Estado Colombiano, está marcada por la influencia del nuevo paramilitarismo y las familias de caciques electorales ligados a la parapolítica; salpicada de fraudes electorales y organizada a partir de la distribución demagógica y criminal de las ayudas humanitarias a las más de 2 millones de personas damnificadas por las recientes olas invernales y cuya dramática situación no ha sido resuelta. Que no hay ninguna diferencia política importante entre los programas y apuestas estratégicas de los Partidos de la llamada Unidad Nacional, que militan en la agenda de Santos de manera clandestina como el mafioso y paramilitar Partido de Integración Nacional, o de manera abierta como el Partido Conservador, el Partido Liberal, Cambio Radical, el Partido la U y el Partido Verde, todos uribistas de línea blanda o de línea dura de acuerdo sobre lo fundamental. Que las candidaturas independientes, los partidos afros e indígenas y los social-liberales de Progresistas, se han caracterizado por su oportunismo electoral, su alejamiento de las luchas sociales y su defensa del Santísmo, y su política de Neoliberalismo, Terrorismo de Estado y la Guerra. Que el socialdemócrata Polo Democrático Alternativo, ha brillado por su incoherencia, un programa político superficial, su instrumentalización electoral de las movilizaciones populares, sus alianzas de cogobierno con el Uribismo y el carácter continuista de sus administraciones que han mantenido la corrupción, la represión y las privatizaciones en Nariño, Valle, Bucaramanga y Bogotá.
Declaramos
-Que en la actualidad la tarea principal de las Anarco comunistas y las fuerzas populares a nivel general, consiste en fortalecer las luchas clasistas y sociales, desarrollando la solidaridad e interconexión entre las mismas y fomentando la organización autónoma y de base de las oprimidas allí donde ésta sea posible. Las luchadoras populares debemos concentrar nuestro esfuerzo, energía y voluntad en el actual reto que nos representa impulsar las movilizaciones estudiantiles, los espacios de unidad del movimiento social y el desarrollo del proyecto del Paro Cívico Nacional. En consecuencia con nuestros planteamientos, creemos que la actual coyuntura electoral en particular y las elecciones burguesas en general, no significan sino una enorme farsa, que nos distrae, desmoviliza y aleja, de la construcción de una política libertaria que estimula a diario y desde la horizontalidad, la organización de base, la acción directa y la autogestión, la creación de poder obrero y popular.
-Que hacemos un llamado a la abstención electoral, conscientes de que la prioridad del movimiento popular, no debe estar en la participación en la politiquería electoral (o a las desgastantes e ineficaces campañas anti-electorales), sino en el fortalecimiento de sus propias dinámicas de movilización y el desarrollo concreto de la lucha de clases y las luchas sociales de otros sectores oprimidos. Debemos pues afirmar la estrategia anti-parlamentaria en el curso mismo de la pelea, eligiendo caminar por la fecunda senda de la dignidad y la libertad que nos ofrece la acción directa organizada de las trabajadoras y el pueblo
¡Nosotras elegimos movilización social! ¡Nosotras votamos Paro Cívico Nacional!
¡Antes, durante y después de la farsa electoral, organizar y multiplicar la lucha obrera y popular!
Grupo Libertario Vía Libre de Bogotá.
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