domingo, 24 de octubre de 2010

Sexta sesión del seminario. Segunda parte del libro de Piotr Kropotkin "La Conquista del Pan". / Por Paola

SOBRE LA EXPROPIACIÓN: “El bienestar de todos como fin, la expropiación como medio”

La expropiación – según Kropotkin - es la recuperación efectuada por parte de la comunidad, de todo lo que le sirva para conseguir el bienestar general. Este no podrá conseguirse por la vía legislativa, por reformitas o decreticos, todo lo contrario, solo podrá desarrollarse en la revolución social.

La expropiación, es una acción que se ejercerse sobre todo aquello que le permite a alguien (banquero, industrial, terrateniente) apropiarse del trabajo del otro, con la expropiación se asegura que ninguna persona se vea forzada a vender su fuerza de trabajo; Kropotkin defiende esta tesis argumentando que la única manera para poder explotar a alguien es despojándolo de los medios que necesita para poder sobrevivir, el capitalista obtiene su fortuna y es capitalista porque se beneficia de la explotación del hombre por el hombre (detrás de cada gran fortuna hay un crimen), al quitarle al capitalista los medios para poder apropiarse del trabajo de las personas no solo se acaba con la explotación sino con el mismo burgués.

Otro punto importante que señala Kropotkin cuando se refiere a la expropiación es aquel que tiene que ver con lo que se expropia y lo que no. Kropotkin reconoce que no solo son objetos expropiables los medios de producción, sino que también lo son los objetos de consumo (como los denominan algunos economistas); para Kropotkin la vivienda, los alimentos son necesarios para que los y las trabajadoras puedan desempeñar su trabajo, por lo tanto debe asegurarse que ninguna persona le niegue a nadie la posibilidad de acceder a dichos objetos de consumo. En la revolución se le quitará los alimentos a los que dejan podrir la comida o mueren de indigestión, y se repartirán según las necesidades de cada persona, asegurándose que no falte el pan, la vivienda, el vestido.

Es a partir de estas reflexiones como Kropotkin empieza a describirnos la manera como él cree puede funcionar una sociedad comunista anarquista, veamos que tiene que decirnos frente a la satisfacción de las necesidades básicas de las personas en dicha sociedad.

SOBRE LOS ALIMENTOS, LA VIVIENDA Y EL VESTIDO: “quiérase o no, así entiende el pueblo la revolución. En cuanto haya barrido los gobiernos, tratará, ante todo, de asegurarse un alojamiento sano, una alimentación suficiente y el vestido necesario, sin pagar nada por ello”.

Cuando la revolución estalle, lo que hará falta es el pan, la gente quedara sin trabajo, las fabricas se paparan y todo estará sumido en un caos, sin embargo en la revolución social debe garantizar el pan a todas las personas, “nuestra tarea especifica consistirá en obrar de manera tal que, desde los primeros días de la revolución y mientras esta dure, no haya un solo hombre a quien le falte el pan, ni una sola mujer que se vea obligada a hacer cola ente una panadería para recoger las sobras, ni un solo niño a quien le falte lo necesario para su débil constitución”. Para Kropotkin es muy importante garantizar que la gente no muera de hambre, ni tenga que vender sus principios y dignidad por un pedazo de pan, además al asegurar el pan para todas las personas se está aceptando de facto un principio de igualdad que y como lo diría Kropotkin, se impondrá por encima de cualquier otra solución.

¿Cómo llegaremos a este principio de igualdad?, ¿Cómo aseguraremos que todas tengamos los alimentos suficientes?, para Kropotkin la clave está en dejar que la sociedad misma, al verse obligada por las circunstancias, tome en sus manos el conjunto de la producción y la reorganice según sus necesidades. Esto lleva tiempo, necesita de mucha organización, mientras tanto el pueblo debe tomar inmediatamente posesión de todos los alimentos que hayan en las comunas, los clasifiqué y los reparta. Es pues la comunidad de los víveres y el racionamiento de los alimentos cuando sea necesario, lo que propone Kropotkin, que se tome lo que se posee en abundancia sin ninguna restricción y que se racionalice lo que hace falta, que se hagan grupos de voluntarios que ordenen y repartan los alimentos. El pueblo ha tenido estas prácticas desde hace ya tiempo, el siempre lo ha comprendido, es laborioso y capaz de organizarse de tal manera que para todos sea todo.

Kropotkin sabe que la revolución no se dará en toda Europa al mismo tiempo, y reconoce que esto dificulta mucho más las cosas, la red de mercados mundial se debilitara e incluso desaparecerá por algún tiempo, de ahí que el nivel alcanzado en relación con la socialización de los productos no sea el mismo en los países y regiones; es por eso que Kropotkin propone articular con relaciones de solidaridad y respeto, el campo con la ciudad, los campesinos ayudaran con sus alimentos a la ciudad y la ciudad se dedicará a producir esas cosas que le faltan al campesino, en lugar de fabricar las baratijas que utilizaban los burgueses ahora producirá lámparas, herramientas, vestidos, “el campesino guardar lo que necesite para vivir, pero enviará el resto a los trabajadores de las ciudades, en las cuales – por vez primera en el curso de la historia – verá hermanos y no explotadores”.

Se abandonara entonces la producción de lujo por el trabajo de utilidad, y todas tendremos en nuestras manos la responsabilidad de la satisfacción de nuestras propias necesidades, si los habitantes de la ciudad se dan cuenta que los campesinos no dan abasto con la demanda de alimentos pues citadinos y todo tendrán que cultivar en sus casas “si Paris se da cuenta de que en ocho meses va a encontrarse sin trigo, Paris lo cultivara”.

Así mismo el alojamiento será gratuito, este es un derecho que se ha ganado el pueblo por años de trabajo, cada casa con la que contamos pertenece al pueblo pues es él quien las ha construido, quien ha sacado los materiales de la tierra, quien ha pavimentado las calles, etc., etc., etc. La expropiación de las viviendas puede hacerse por iniciativa popular, cada barrio tendrá sus grupos de voluntarios que estudiaran cada casa y a cada familia, para que así se reparta equitativamente.

El vestido será puesto en común, nos apoderaremos de todos los comercios de ropa y abriremos sus puertas a todas las personas con el fin de que cada una pueda tomar lo que necesite. No es necesario que se expropie el vestido (no queremos la ropa usada del pequeño burgués), los talleres se pondrán en marcha y se producirán vestidos para todas y todos. En un principio se intentará desarrollar el gusto por lo simple, donde no se busque la arrogancia de los vestidos y lujos de la burguesía, luego cuando las cosas estén marchando mejor se podrá satisfacer los gustos mas artísticos de las personas sin por ello tener que pagar una fortuna.

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