domingo, 24 de octubre de 2010

Sexta sesión del seminario. Segunda parte del libro de Piotr Kropotkin "La Conquista del Pan". / Por Paola

SOBRE LA EXPROPIACIÓN: “El bienestar de todos como fin, la expropiación como medio”

La expropiación – según Kropotkin - es la recuperación efectuada por parte de la comunidad, de todo lo que le sirva para conseguir el bienestar general. Este no podrá conseguirse por la vía legislativa, por reformitas o decreticos, todo lo contrario, solo podrá desarrollarse en la revolución social.

La expropiación, es una acción que se ejercerse sobre todo aquello que le permite a alguien (banquero, industrial, terrateniente) apropiarse del trabajo del otro, con la expropiación se asegura que ninguna persona se vea forzada a vender su fuerza de trabajo; Kropotkin defiende esta tesis argumentando que la única manera para poder explotar a alguien es despojándolo de los medios que necesita para poder sobrevivir, el capitalista obtiene su fortuna y es capitalista porque se beneficia de la explotación del hombre por el hombre (detrás de cada gran fortuna hay un crimen), al quitarle al capitalista los medios para poder apropiarse del trabajo de las personas no solo se acaba con la explotación sino con el mismo burgués.

Otro punto importante que señala Kropotkin cuando se refiere a la expropiación es aquel que tiene que ver con lo que se expropia y lo que no. Kropotkin reconoce que no solo son objetos expropiables los medios de producción, sino que también lo son los objetos de consumo (como los denominan algunos economistas); para Kropotkin la vivienda, los alimentos son necesarios para que los y las trabajadoras puedan desempeñar su trabajo, por lo tanto debe asegurarse que ninguna persona le niegue a nadie la posibilidad de acceder a dichos objetos de consumo. En la revolución se le quitará los alimentos a los que dejan podrir la comida o mueren de indigestión, y se repartirán según las necesidades de cada persona, asegurándose que no falte el pan, la vivienda, el vestido.

Es a partir de estas reflexiones como Kropotkin empieza a describirnos la manera como él cree puede funcionar una sociedad comunista anarquista, veamos que tiene que decirnos frente a la satisfacción de las necesidades básicas de las personas en dicha sociedad.

SOBRE LOS ALIMENTOS, LA VIVIENDA Y EL VESTIDO: “quiérase o no, así entiende el pueblo la revolución. En cuanto haya barrido los gobiernos, tratará, ante todo, de asegurarse un alojamiento sano, una alimentación suficiente y el vestido necesario, sin pagar nada por ello”.

Cuando la revolución estalle, lo que hará falta es el pan, la gente quedara sin trabajo, las fabricas se paparan y todo estará sumido en un caos, sin embargo en la revolución social debe garantizar el pan a todas las personas, “nuestra tarea especifica consistirá en obrar de manera tal que, desde los primeros días de la revolución y mientras esta dure, no haya un solo hombre a quien le falte el pan, ni una sola mujer que se vea obligada a hacer cola ente una panadería para recoger las sobras, ni un solo niño a quien le falte lo necesario para su débil constitución”. Para Kropotkin es muy importante garantizar que la gente no muera de hambre, ni tenga que vender sus principios y dignidad por un pedazo de pan, además al asegurar el pan para todas las personas se está aceptando de facto un principio de igualdad que y como lo diría Kropotkin, se impondrá por encima de cualquier otra solución.

¿Cómo llegaremos a este principio de igualdad?, ¿Cómo aseguraremos que todas tengamos los alimentos suficientes?, para Kropotkin la clave está en dejar que la sociedad misma, al verse obligada por las circunstancias, tome en sus manos el conjunto de la producción y la reorganice según sus necesidades. Esto lleva tiempo, necesita de mucha organización, mientras tanto el pueblo debe tomar inmediatamente posesión de todos los alimentos que hayan en las comunas, los clasifiqué y los reparta. Es pues la comunidad de los víveres y el racionamiento de los alimentos cuando sea necesario, lo que propone Kropotkin, que se tome lo que se posee en abundancia sin ninguna restricción y que se racionalice lo que hace falta, que se hagan grupos de voluntarios que ordenen y repartan los alimentos. El pueblo ha tenido estas prácticas desde hace ya tiempo, el siempre lo ha comprendido, es laborioso y capaz de organizarse de tal manera que para todos sea todo.

Kropotkin sabe que la revolución no se dará en toda Europa al mismo tiempo, y reconoce que esto dificulta mucho más las cosas, la red de mercados mundial se debilitara e incluso desaparecerá por algún tiempo, de ahí que el nivel alcanzado en relación con la socialización de los productos no sea el mismo en los países y regiones; es por eso que Kropotkin propone articular con relaciones de solidaridad y respeto, el campo con la ciudad, los campesinos ayudaran con sus alimentos a la ciudad y la ciudad se dedicará a producir esas cosas que le faltan al campesino, en lugar de fabricar las baratijas que utilizaban los burgueses ahora producirá lámparas, herramientas, vestidos, “el campesino guardar lo que necesite para vivir, pero enviará el resto a los trabajadores de las ciudades, en las cuales – por vez primera en el curso de la historia – verá hermanos y no explotadores”.

Se abandonara entonces la producción de lujo por el trabajo de utilidad, y todas tendremos en nuestras manos la responsabilidad de la satisfacción de nuestras propias necesidades, si los habitantes de la ciudad se dan cuenta que los campesinos no dan abasto con la demanda de alimentos pues citadinos y todo tendrán que cultivar en sus casas “si Paris se da cuenta de que en ocho meses va a encontrarse sin trigo, Paris lo cultivara”.

Así mismo el alojamiento será gratuito, este es un derecho que se ha ganado el pueblo por años de trabajo, cada casa con la que contamos pertenece al pueblo pues es él quien las ha construido, quien ha sacado los materiales de la tierra, quien ha pavimentado las calles, etc., etc., etc. La expropiación de las viviendas puede hacerse por iniciativa popular, cada barrio tendrá sus grupos de voluntarios que estudiaran cada casa y a cada familia, para que así se reparta equitativamente.

El vestido será puesto en común, nos apoderaremos de todos los comercios de ropa y abriremos sus puertas a todas las personas con el fin de que cada una pueda tomar lo que necesite. No es necesario que se expropie el vestido (no queremos la ropa usada del pequeño burgués), los talleres se pondrán en marcha y se producirán vestidos para todas y todos. En un principio se intentará desarrollar el gusto por lo simple, donde no se busque la arrogancia de los vestidos y lujos de la burguesía, luego cuando las cosas estén marchando mejor se podrá satisfacer los gustos mas artísticos de las personas sin por ello tener que pagar una fortuna.

lunes, 18 de octubre de 2010

Talleres Culturales

Fotografía, pintura, música, grafiti, stnecil y mas…

El tema de esta sesión:
El Amor y el Sexo

Todos los sábados de 5 a 7 pm
Centro cultural Nencoa Cra 152 No 131 a 22. Barrio Lisboa

Proclama de la instalación del Congreso de los Pueblos



“Propuesta de país para una vida digna”

Hermanos. Hermanas. Nuestra palabra, que camina y teje razones y sueños, ahora se levanta para compartirles a todos y todas, habitantes del territorio colombiano, pero también a todos los pueblos hermanos, que hombres y mujeres de la más variada procedencia y diversidad de edades nos dimos cita en Bogotá, entre el 8 y el 12 de octubre de 2010, para asumir en nuestras manos la responsabilidad histórica de nuestras vidas y motivar a nuestro pueblo para que haga lo propio con la suya.
Somos los trabajadores y las trabajadoras,
somos los corteros de caña y sus compañeras,
somos los campesinos y las campesinas, jornaleros y cosecheras,
somos la gente hija de la tierra,
somos los pueblos indígenas,
somos los descendientes de africanos que nos estamos liberando,
somos las mujeres dignas y libres,
somos gente pescadora de mares y ríos,
somos los moto-trabajadores, los taxistas, las camioneras,
somos los estudiantes, las maestras, los educadores populares,
somos las experiencias de resistencia al capital, al Estado y a la guerra,
somos los pobres, las marginadas, los excluidos,
somos las artistas y los artesanos,
somos la gente desplazada por las balas, la amenaza, las motosierras, el latifundio, los grandes proyectos,
somos los otros, las otras, quienes desde la diversidad sexual hacemos democracia,
somos los habitantes de la calle, de los barrios, de los cerros de las grandes ciudades,
somos los detenidos y detenidas en las cárceles,
somos las defensoras de los derechos humanos,
somos los comunicadores y las comunicadoras populares,
somos los creyentes en nuestros dioses y sobre todo los creyentes en la justicia,
somos los ausentes y las víctimas,
somos las niñas y los niños, la risa y la imaginación sin límites,
somos los jóvenes, que resistimos la opresión de un sistema policíaco,
somos el país y los pueblos,
Somos el Congreso de los Pueblos.



¿Por qué nos constituimos en Congreso de los Pueblos?

Este Congreso fue convocado con un propósito fundamental: que el país de abajo legisle, que los pueblos manden, que la gente ordene el territorio, la economía y la forma de gobernarse.

Así de sencillo. Estamos recuperando para el pueblo y los pueblos de Colombia nuestro carácter  soberano, o como dicen, de constituyentes primarios.

Porque a pesar de la euforia de los poderosos, estamos convencidos que el sistema político y económico colombiano está agotado, casi muerto de corrupción y crimen. No esperamos gran cosa de los congresistas y los gobernantes. Lo que hemos confirmado en esta sesión de instalación es que en muchos lugares del país la gente no esperó más y se puso a legislar por su cuenta, a organizar el territorio y a darse su propia forma de mandar. Asambleas constituyentes municipales, pactos de convivencia barriales y regionales, territorios autónomos indígenas y afros, territorios de paz, experiencias de presupuestos participativos, redes de soberanía alimentaria, mesas de concertación de sectores populares, asambleas territoriales en los barrios, movimientos para consolidar reservas campesinas, ¡todos!, han encontrado en sus propios ejercicios legislativos más democracia, bienestar y justicia que toda la que puedan ofrecer y no han garantizado en 200 años de vida republicana.

Este Congreso de los Pueblos ha empezado a juntar esas dinámicas de autonomía popular. Y ha llamado a todos los sectores sociales alternativos a que nos juntemos para pensar un nuevo país, iniciar una deliberación nacional e ir elaborando un Mandato de los Pueblos, o un Mandato País, o una Agenda Alternativa, o una Constitución Popular. La discusión que hemos empezado dirá qué nombre le ponemos. Con ese espíritu, más de 17.000 delegados y delegadas de unas 220 organizaciones con sus  procesos sociales populares hemos aceptado sumarnos al Congreso de los Pueblos en su primera sesión; pero el Congreso de los Pueblos tendrá el quórum decisorio cuando otros cientos de procesos de base, dispersos por toda la geografía nacional, se sumen de manera activa, y con todo el espacio para deliberar y decidir, a esta tarea de legislar y hacer de nuevo al país, o mejor, cuando todo el país real se reúna para discutir y decidir cómo es que quiere vivir y trabajar.

El Congreso de los Pueblos no es una reunión. Este primer encuentro fue solo su Sesión de Instalación. Lo que hicimos estos cuatro 4 días ha sido principalmente definir nuestra Agenda Legislativa Popular. Cada una de las organizaciones y sectores sociales que aquí participamos, aportamos alguna experiencia de haber aprobado un Mandato general o puntual, de haber elaborado un Programa o Propuesta sectorial, de haber adoptado Leyes en ejercicio de nuestras autonomías, de haber presentado un Pliego político. Hemos puesto en común esa experiencia de autonomía. Y hemos adoptado las líneas gruesas de una Agenda Legislativa Popular y la Ruta de Trabajo Legislativo de todos los sectores, actores, sujetos y organizaciones populares del país para el próximo período.

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Hemos decidido hacer de nuevo a Colombia. En realidad, somos nosotros y nosotras, cada cual por su lado, quienes la construimos todos los días. Pero esta vez la edificaremos con nuestra mirada, a nuestro modo, hablando diariamente entre todas las organizaciones populares. Nuestra vocación de unidad popular es irreductible. El Congreso ha decidido que iniciamos un proceso de deliberación y acción conjunta en todos los rincones del país, abordando lo que nos parece que son los temas fundamentales. Aquí algunos de estos asuntos:

Pensar y adoptar un nuevo sistema político basado en los gobiernos autónomos y democráticos de las comunidades locales y los pueblos. Un Estado soberano e independiente. Seremos nosotros y nosotras quienes lo construiremos. 

Ordenar de nuevo el territorio del país para que las comunidades puedan mandar sobre sus recursos estratégicos, y para fundar una nueva forma de relacionarnos con la Madre Tierra. El Congreso manda que se libere la Madre Tierra. Y manda que se devuelva a la población el derecho a decidir tanto sus formas de gobierno como el aprovechamiento de los bienes de la naturaleza.

Construir una economía para el buen vivir. En la lucha contra el modelo económico neoliberal que expropia y roba y destierra, la recuperación para los pueblos de los recursos naturales y estratégicos que hoy se encuentran en manos de las transnacionales, es un imperativo.

Consolidar unas rutas propias de las organizaciones de base, populares, para encontrar una solución política del conflicto, y unas rutas de movilización que nos permitan abrir los caminos de la justicia y la paz. Mientras llegan estos momentos, rechazamos la guerra del capital, y demandamos redistribuir el presupuesto destinado para la guerra, de modo que éste se invierta en suplir las múltiples necesidades que agobian a los siempre excluidos y negados.

Potenciar los valores más queridos por la gente que carga con el peso del país real, dándole cuerpo a una ética que respeta y potencia la vida y rechaza la muerte. Cultura que rompa con la opresión patriarcal, cultura de la equidad de género, del respeto y protección de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, por una vida libre de violencias. Valores y ética que se oponen a aquellas decisiones del poder que privilegian el lucro sobre el bien común, la especulación sobre la producción real, el logro individual sobre la realización colectiva, el amasar de mercancías sobre su redistribución, la homogenización sobre la diversidad. Cultura de la solidaridad, del complemento, de la producción limpia, de la armonía con la naturaleza, que sabe y entiende que “los más” urgimos de un sistema de comunicación nacional independiente para que nuestras reflexiones y decisiones lleguen a todo el país, para que se hagan cuerpo y movimiento cotidiano.

Nuestra apuesta es sumarnos al torrente de los pueblos de América que se deciden por la libertad, por la libre determinación y el ejercicio de la soberanía.

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Es obvio que nuestro propósito de hacer un nuevo país y hacer realidad los derechos de la gente, nos ponen en clara oposición con el gobierno de Juan Manuel Santos, que se reclama heredero de la “seguridad democrática”, pero que sobre todo mantiene intacta su intención de seguir entregando el país al capital financiero y a las transnacionales. Entendemos que las diferencias entre el nuevo gobierno y las mafias con que gobernaron los ocho años anteriores, puede llevar incluso a conflictos entre ellos. Será un período peligroso. Intentarán que a cambio de que ellos se distancien de las mafias, nosotros aceptemos la continuidad del saqueo y la invasión de nuestros territorios. Entre tanto seguirá la judicialización de las luchas populares, el recorte de los derechos sociales, la desterritorializacion del país, la transformación de Colombia en una inmensa zona franca donde vale más la ley comercial que el interés público y la dignidad.

El nuevo gobierno dice ser de “unidad nacional”.  Es claro que se trata de unir a todos los sectores de las viejas oligarquías para tratar de restablecer en parte el desastre dejado por el uribismo en materia de polarización interna y aislamiento internacional. De paso quieren cooptar a algunos líderes populares para detener la movilización social. Nada dicen de cumplir sus obligaciones como Estado en materia de los derechos sociales, económicos, culturales, ni de los miles de acuerdos firmados con el movimiento popular, los campesinos, los indígenas y afrodescendientes, los sindicatos y los pobladores de las ciudades, incumplidos año tras año.

Reconocemos que el clima de intolerancia cotidiana que había impuesto Uribe Vélez ha mermado en el nuevo gobierno. Vemos que mientras tanto mantiene la misma agenda económica contra las regiones, contra la soberanía nacional y contra las clases trabajadoras: raponazo a las regalías, ley de ordenamiento territorial sin consulta con los indígenas y afrodescendientes, tratados de libre comercio como pan de cada día, privatización acelerada de los servicios públicos, persecución a las economías campesinas y a los pequeños mineros. Los proyectos de las transnacionales en minería, energéticos y de infraestructura, siguen invadiendo nuestros territorios, sustento de nuestras culturas y de nuestra soberanía alimentaria.

El Congreso de los Pueblos ha determinado que es urgente concentrar nuestros esfuerzos en darle cuerpo a una intensa acción social, política, cultural, espiritual. Nos convocamos a movilizarnos en torno de los grandes desafíos del momento, entre los cuales resaltamos los siguientes:

Por la defensa de los territorios, los recursos naturales, el medio ambiente y la vida digna, contra el despojo. 

Por el derecho a la tierra y la reparación a las víctimas.

Por la solución política del conflicto, contra la militarización de la vida y los territorios.

Por el ordenamiento democrático del espacio urbano, contra el sometimiento de las ciudades a las lógicas de acumulación privada.

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Sobre estos y otros variados temas, el Congreso de los Pueblos empieza a deliberar. Su sesión de instalación organizó el trabajo que realizaremos por todo el país, en todas las organizaciones y comunidades, en el país pleno, para darle forma durante los próximos años a ese Mandato. El país es de los de abajo, y entre todos y todas iremos tejiéndolo. Con la persistencia de todas y todos los concitados por el ánimo de una Colombia diferente de la que hoy tenemos, llevaremos adelante las deliberaciones aquí iniciadas a todos los rincones, para escuchar y retomar los anhelos de los nunca escuchados y siempre negados, esforzándonos en hacer ley y poder lo que hoy apenas es un sueño.

Entre tanto, sesionaremos por líneas sectoriales y temáticas. Convocamos a los Congresos regionales de los Pueblos para iniciar las discusiones y la acción conjunta. Superaremos la dispersión que hoy caracteriza las luchas de resistencia, con nuestras manos siempre dispuestas a anudar esfuerzos y proyectar en forma conjunta el quehacer con otras experiencias sociales alternativas.

Para hacerse realidad, y sabiendo que es proceso, este Congreso de los Pueblos constituye una mesa de trabajo integrada por todas las organizaciones y procesos que hicieron presencia en su primera sesión de instalación que hoy termina, dejando el espacio abierto para todas las dinámicas organizadas que resuelvan llegar. Y cita a unas y otras a encontrarse en no más de 30 días en Bogotá, con el propósito de estructurar ordenada y puntualmente las decisiones tomadas en su primera sesión.

Al mismo tiempo, estimula a la diversidad que lo ha constituido, para que se despliegue por todo el país con ánimo deliberativo y de acción. Seguiremos aplicando nuestros principios de trabajo: desde abajo, entre todos y todas, alrededor del fogón, dialogando y buscando que la palabra transparente y justa sea la que lleve nuestro mensaje y nuestra decisión. Diagnosticar, reflexionar, unir, hacer, transformar, son algunos de los verbos llenos de contenido que deben orientar el esfuerzo de todas y todos los congresistas.

Mientras este momento llega, y por ahora, lo más importante es que salimos de esta primera sesión del Congreso con el convencimiento de que estamos legislando, que estamos construyendo nuestro propio sistema político desde las comunidades y organizaciones de base. Que lo haremos porque es nuestra tarea, y porque los ricos y poderosos no lo harán. Somos los pueblos, las comunidades, las organizaciones populares, quienes sacaremos al país de este lugar terrible al que lo han llevado los líderes históricos y nuevos del establecimiento.

Proponemos al país poner de nuevo en la agenda nacional la urgencia de superar el conflicto. Respaldamos a las personas, comunidades y organizaciones que día a día realizan hechos de paz, y rechazamos su criminalización. De nuevo exigimos a los actores armados el cumplimiento del Derecho Internacional Humanitario.

Mostraremos en los hechos que estamos por la democracia popular, la soberanía, la lucha contra el capital, por la vida digna, la paz y la justicia. Que los pueblos de Colombia somos el país;  que la unidad es posible y que la estamos tejiendo.

Que el país de abajo legisle.
Que los pueblos manden.
Que la gente ordene el territorio, la economía y la forma de gobernarse.
Que camine la palabra.


domingo, 10 de octubre de 2010

Sale la primera edición del periodico Vía Libre, prensa libertaria por el poder obrero y popular


En este número:

·         Editorial.
- Vuelve Vía Libre

·         Especial Congreso de los Pueblos.
-Declaración del Grupo libertario Vía Libre ante el Congreso de los Pueblos

·         Coyuntura.
-Perpestiva libertaria sobre la actual coyuntura
-El nuevo Uribismo de Santos

·         Internacional
-Pronunciamiento de Comunistas libertarios ecuatorianos ante el intento de Golpe de Estado contra el Gobierno de Rafael Correa el pasado 30 de Septiembre

·         Trabajadores y Trabajadoras
-Experiencia laboral: En las fauces del trabajo temporal

Puntos de distribución en Bogotá:

Librería Pensamiento Crítico. Carrera 8a No 15-62
Librería La Valija del Fuego. Calle 45 No 20-45

Quiosco de periódicos. Esquina Carrera 7a calle 22
Quiosco de periódicos. Esquina Carrera 7ª calle 24

Distribuido libertaria Rojinegro. Carrera 19 No 43-25
Centro cultural Nencoa (Suba). Carrera 152 No 131 a 22

Si quieres recibir el periodico o tienes algun comentario frente al mismo no dudes en visitar nuestro blog y escribirnos:

grupolibertariovialibre.blogspot.com
grupolibertariovialibre@gmail.com

Declaración del Grupo libertario Vía Libre ante el Congreso de los Pueblos


Hoy las palabras y las resistencias caminan por Colombia y se juntan para fortalecerse. Más de 10 mil personas venidas de los más diversos procesos sociales y populares de orden local, regional, sectorial, temático y nacional, nos daremos cita en el acto de instalación del Congreso de los Pueblos a realizarse en la Universidad Nacional sede Bogotá entre el 8 y el 12 de octubre, con el fin de construir un gran mandato nacional que impulse y unifique los procesos y las luchas. 

Ante esta importante coyuntura de movilización social y auto-legislación popular, los y las Comunistas Libertarias agrupadas en el Grupo libertario Vía Libre de Bogotá, que desde hace tiempo venimos participando activamente en este proceso, a través de la Minga Juvenil Nacional, primero en la Minga de Resistencia Social y Comunitaria y luego en la preparación del Congreso de los Pueblos, planteamos lo siguiente:   

1. Uno de los proyectos centrales del actual gobierno de Juan Manuel Santos, es el de la Unidad Nacional, que busca aglutinar partidos políticos, movimientos religiosos, organizaciones sociales, medios de comunicación y en general Uribistas de línea dura y de línea blanda, en una apuesta estratégica de defensa teórica y práctica del Estado Comunitario, construido en los pasados 8 años del gobierno neoliberal y militarista de Álvaro Uribe Vélez.  Por lo anterior, la Unidad Nacional de Santos, no debe ser vista solo como una máquina burocrática que controla el poder legislativo a favor de los intereses del nuevo presidente, sino que es ante todo, la manifestación de un consenso de clase, de un acuerdo sobre lo fundamental entre las distintas fracciones de la burguesía nacional, alrededor de la defensa de una política y un Estado que favorecen sus intereses de clase y su proyecto histórico.  

Esta Unidad Nacional, implementada por la clase dominante en defensa de su poder, se ha propuesto conquistar al pueblo, buscando organizarlo y movilizarlo para defender al Establecimiento y atacar a sus enemigos, que por obra de la hegemonía socio-política del poder burgués, se han convertido en los enemigos del “país”. Conociendo que existe en el país un debilitado pero significativo movimiento popular que puede oponerse a su política, a su proyecto de unidad Estatal y burguesa, la clase dominante se lanza a una vastísima campaña de represión y cooptación, sintetizada en la ecuación “quienes no están en la unidad nacional, están con el terrorismo”,  buscando fragmentar aun mas las dinámicas de resistencia.     

Por lo tanto, las trabajadoras y el pueblo  tienen la necesidad vital, urgente y apremiante, de construir procesos de unidad popular como el planteado por el Congreso de los Pueblos, que no solo les permitan resistir la oleada reaccionaria, sino a toda la política y el proyecto histórico de la unidad burguesa, y en esas condiciones reactivar sus fuerzas y pasar a la ofensiva en la lucha de clases.

2. El Congreso de los Pueblos es un gigantesco escenario de materialización y consolidación de los gérmenes de Poder   Popular actualmente presentes en nuestra sociedad, y su dinámica no busca otra cosa  sino multiplicar, cualificar, unir y fortalecer estos gérmenes, para el desarrollo de un Poder Popular real y material que pese sobre la vida de las personas y las comunidades. Estos gérmenes tienen tanto una dimensión de anti-poder, de negación práctica de las relaciones autoritarias y Estatales del Poder Burgués, como de contra-poder, de construcción de un nuevo tejido social y de alternativas de vida diferentes al Capitalismo.

Estas relaciones de poder y construcción, asienta su fuerza en las bases, la gente común y corriente, que es la que realmente hace que los procesos organizativos funcionen. Precisamente ha sido el ejercicio de la construcción de Mandatos sectoriales, temáticos y regionales, promovido por las organizaciones convocantes al Congreso, una importante expresión del empoderamiento de la base,  ya que son ellas mismas las que deciden y discuten sobre sus problemas, propuestas y cursos de acción, concretando  Mandatos, pliegos, planes y plataformas particulares, que serán la médula de lo elaborado por el Congreso, con la clara intención de elevar lo particular a lo general y construir a partir de los mandatos parciales, un gran mandato de mandatos para las lucha de todos y todas las trabajadoras del  país. 

En estas dinámicas se reflejan los acumulados de muchas de las largas y  múltiples luchas que se han venido librando desde hace ya largo tiempo. El Congreso de los Pueblos, por un lado, recoge la luchas ancestrales, de cinco siglos ya, de los pueblos indígenas y afros contra el colonialismo; por otro, se inscribe en la tradición de la Revolución Comunera de 1781, mantenida por el pueblo de la “Unidad de los oprimidos contra los opresores”;  recoge importantes legados de movilización indígena, obrera, campesina, cívica y del movimiento de mujeres y finalmente encara la situación actual de la lenta salida de la crisis del Capitalismo mundial, por medio de planes de ajuste fiscal y contrarreformas sociales que ponen a pagar a los y las trabajadoras.  El Congreso del los Pueblos, reúne entonces la luchas de hoy y las que les precedieron, para poder proyectar mejor ambas en el futuro.  

3. La Convocatoria y la instalación del Congreso de los Pueblos es el resultado de una construcción conjunta entre diversos sectores del movimiento popular del país. En esta convocatoria, la Minga de Resistencia Social y Comunitaria tiene un papel protagónico, ya que fue sobre su eje que los demás sectores interesados se vincularon.  La Minga, nuestro proceso, cumplió una tarea a la altura de las expectativas que ella misma había creado; de esta forma, su mayor fortaleza que es su dinámica de construcción de base y su preocupación por las alternativas de vida, se vieron plasmadas también en el espíritu del Congreso; su mayor debilidad, su aun muy notable dependencia de los movimientos rurales, fundamentalmente del Movimiento indígena, se vio matizada por la concurrencia de otras fuerzas sociales con una gran capacidad de movilización y por su clara intención de abrirse cada vez más a un país urbano y mestizo.
La participación de la Gran Coalición de Democrática, constituye un factor importante en la extensión de esta propuesta a varias regiones del país aun inexploradas, así como la vinculación de un movimiento sindical y político con el que había habido poco trabajo orgánico. La debilidad principal de la Gran Coalición, su burocratismo conciliador, se ha visto suavizada por la propuesta metodológica de los mandatos de base y la participación de un aluvión de luchas sociales, que en vez de mesa de negociación exigen planes conjuntos y concretos de movilización. 

Finalmente la actividad de múltiples procesos que ya participaban en la Minga (como la Red de Hermandad y Solidaridad con Colombia, Red de Lucha contra el Hambre y la Pobreza), participaban ocasionalmente, en coyunturas concretas (el caso de la Coalición de Movimientos y organizaciones sociales de Colombia la COMOSOC) o simplemente no lo hacían (como una parte de la izquierda socio-política del Polo Democrático Alternativo, sobresaliendo el Movimiento por la Defensa de los Derechos del Pueblo MODEP) ha sido clave en la concreción de esta propuesta, que muchos sectores venían pensando por separado, pero solo fue posible desarrollarla en este proceso de confluencia.  Esta diversidad tan amplia, constituye el mayor valor del Congreso de los Pueblos, pero también el mayor riesgo que enfrenta, sino se logran allanar caminos unitarios que conecten esta diversidad.     

4. Los y las Comunistas Libertarias colombianas no podemos sino participar en este Congreso de los Pueblos, depositando todas nuestras fuerzas en su realización, bregando porque su dinámica unitaria, de base, asamblearia, clasista y de construcción de poder alternativo y anti-estatal se mantenga y se expanda a todas los procesos participantes. Nuestros retos principales son dos: El primero, abandonar el sectarismo e integrarnos a las dinámicas de construcción de base como parte de los sectores en los que ya estamos inscritas e inscritos, como uno más entre muchos, manteniendo la claridad y la iniciativa política libertaria. El segundo, bregar porque las bases de acuerdo de los mandatos, el plan mínimo que salga del Congreso, recoja luchas y apuestas de transformación y no agendas electorales para sostener  gobiernos pretendidamente “populares”  o estrechas propuestas administrativas de reformas parciales de instituciones particulares. Busquemos construir Mandatos que sean herramientas para potenciar la lucha y su capacidad constructiva.

¡Por el Poder Obrero y Popular!
¡Por el Comunismo y la Libertad!

Grupo libertario Vía Libre de Bogotá. 8 de Octubre de 2010